La caracola de la tienda

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Me acerco al oído la caracola,
Quiero escucharte.

No cantas, estás afónica.

Me ajusto más al oído la caracola,

Te ame todo que pude, ¿cómo puedes callarte?

Pruebo con otra caracola más grande.

No compro ninguna.

Ahora escucho tu silencio atronador.

Debía ser el ruido,
la falta de cultura musical de las caracolas,
aunque, con tus labios en mi oreja,
me es muy difícil concentrarme.


...
..
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Jesús Soriano

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jjejejj amigo estimado me ha encantado
el final de tu poema y me ha hecho reír.
En una oreja la caracola y en la otra
oscuras palabras de desamor.
Un abrazo, ha sido un placer leerte.

 

Muy creativo tu poema, a veces seria mejor ponerse
una caracola en cada oreja y así poder escuchar el
sonido del mar, me ha gustado mucho pasar a leer
tus letras, me has sacado la sonrisa.
Ha sido un placer pasar a dejar mi comentario en
tu espacio. Un abrazo. Tere

 

Me alegra saber que te he despertado una sonrisa, precisamente hoy es "el día de la alegría".
Saludos y muchas gracias, Jesús

 

ja bueeeeeno, muy bello, saludos y estrellas.

 

Muchas gracias, Tere, por tu atenta lectura y comentario. Un beso para ti, Jesús

 

Tu estilo, mi amigo, es inconfundible y pleno de ingenio y calidad.
Un placer invaluable arribar a tu poesía.
Un cordial abrazo

 

Muchas gracias, Anna, por esa sonrisa contagiosa.
Saludos, Jesús

 

El escuchar el mar con las caracolas siempre ha sido muy romántico y bello. Me encantó tu poema. Mis estrellas para ti. Besos.

 

Muchas gracias, Luís, por la piel y huesos de tus palabras. Un abrazo para ti, Jesús