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La existencia sin ser.

Tema en 'Poemas Melancólicos (Tristes)' comenzado por Gabriel_saia, 24 de Febrero de 2012. Respuestas: 0 | Visitas: 366

  1. Gabriel_saia

    Gabriel_saia Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    29 de Septiembre de 2011
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    No puedo creer que haya caído tan bajo con el pensamiento.
    Idiota.
    Simple.
    Consuelo de pobres.
    Disfrutar (?) No suena a opción en estos momentos.
    Monumento a la arrogancia.
    Decadencia del pensar.
    Paranoia sin fundamentos.
    Melancolía del alma y sufrimiento.
    Idiota –de nuevo-.
    Machucando estos dedos, blandos, blancos, mientras escribo.
    ¿Qué escribo?
    Las memorias de un despojo.
    Simple desperdicio, simple.


    Traumática experiencia del concebir a la vida como una simple esfera que pretende ser perfecta. El egoismo del cual gozan los niños con sus chiquilinadas: la expresión más lograda del beneficio íntegro y fiel; nadie quiere más que un niño, nadie disfruta más que un niño. Será por cuestiones de convención social -protocolo- que uno tiene ese impulso por aferrarse a la realidad que, si bien es tan dura, es real.
    Buscar un compañero de vida, alguien con quien compartir. Buscar los ánimos en actividades que gratifiquen al espíritu y toda su estratagema tan molesta. Las loas que recibimos cuelgan de nosotros como los últimos esbozos de un sueño del que nunca saldremos. Pero nos mostramos tan indiferentes ante la crítica que parecemos superados, hechos, no engañamos a nadie.
    Lo que nos importa, más allá de nuestros ojos, es el hecho de ser aceptado; el motivo de nuestra existencia es la inclusión, la adaptación, incluso la indiferencia. Como si nada más existiera después de nosotros. Nuestro nombre escrito en mayúsculas y al lado nuestro compromiso existencial -para con nosotros mismos, los demás pueden esperar en vano-. La sed que nos absorbe, puesto que es una sed de personalidades ficticias que nos vamos inventando, poco a poco. Los brazos que erguimos ante el nuevo objetivo, sí; las mañas que nos nacen todos los días, sí; sin embargo, luego, ¿qué tenemos?
    Nuestro individualismo y luego el fin.




    Gabriel.
     
    #1

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