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La fatiga de los incansables

Tema en 'Poemas Generales' comenzado por Hejaran, 29 de Mayo de 2011. Respuestas: 0 | Visitas: 339

  1. Hejaran

    Hejaran Poeta asiduo al portal

    Se incorporó:
    5 de Mayo de 2011
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    LA FATIGA DE LOS INCANSABLES

    Va el anciano
    camino de su jardín,
    su paso lento demuestra que
    su caminar no tiene fin.

    No se ve cansado,
    ni fatigado, los tiempos de azar
    le hicieron mermar velocidad, pero
    en su rostro se aprecian su sonrisa y su
    bondad.

    Aunque no se ve,
    el desgaste es interior,
    pero a este titán lo tiene
    sin cuidado, ahora sólo piensa
    en sus matas, sus flores y su jardín,
    que esté muy bien cuidado.

    La época de intensas
    decisiones y determinaciones
    importantes quedaron atrás, como
    quedaron las glorias, los triunfos y memorias.

    No añora nada;
    lo que realizó lo hizo
    apoyado en sus conocimientos y
    experiencia, y esto lo llevó a ser una
    persona exitosa y respetada.

    Hoy ve el mundo
    lleno de conflictos y penalidades,
    tal vez siempre fue así, lo que le sucede
    ahora a él lo tiene preocupado, viendo esta
    locura de desmanes, de corrupción, vicio y
    pobreza, que parece a nadie le interesa.

    Ahora, solo le pide
    a Dios, que en su ancianidad
    lo deje disfrutar viendo cómo
    se abren los pétalos de las rosas, florecen las
    orquídeas, los lirios y las veraneras.

    Nunca supo
    por qué no descubrió antes
    este encanto de la naturaleza,
    si hubiera tenido este jardín, su vida
    pudo haber sido más placentera y haber
    disfrutado de tanta belleza.

    Cómo hubiera
    sido de bello, en
    momentos de tanto apremio,
    caminar y pensar, bordeando las
    margaritas y viendo reverdecer las
    calateas, ordenando las macetas de claveles y
    deliciosos olores, y el sin fin multicolor de
    tantas flores.

    Con mucha parsimonia
    llegó a su banca favorita, allí se
    sentó a recrear su mente, su
    vista y su fatigado
    corazón.

    Pareciera que
    aquel día se quisiera despedir,
    y se fue quedando dormido, como
    hipnotizado de admirar tanta belleza,
    sin apenas comprender que su sueño, era
    el sueño eterno que siempre había apetecido.

    Hoy descansa
    en medio de esa
    naturaleza, que tanto
    cultivó y amó, y que
    como a un hijo ésta recibió,
    impregnándolo de sus aromas,
    como dándole el premio merecido.


    HEJARAN - DERECHOS RESERVADOS
     
    #1
    Última modificación: 13 de Septiembre de 2011

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