1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

La flor de perla

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por laTondocua, 6 de Junio de 2010. Respuestas: 0 | Visitas: 610

  1. laTondocua

    laTondocua Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    12 de Abril de 2008
    Mensajes:
    191
    Me gusta recibidos:
    14
    Ella miraba el techo de su casa , tenia esas bolitas chistosas que el broche al pintarlas dejaba su huella. Eso pasaba mientras los labios junto con el rose de los bigotes puntiagudos le realizaban el sexo oral. Era tan monótono ya el sexo para ella, podría leer una revista y ojearla hasta pasar a la sección de cocina para ver como se cocinaba una carne reeb eye y en 15 minutos. Fingía cada orgasmo, un día vio en la televisión cuando la sexóloga estaba platicando acerca de lo que fisiológicamente se podía denominar orgasmo a la contracción de las paredes vaginales en fracciones de dos segundos, incluso motivaba a las mujeres realizar este ejercicio. Ella practicaba cada que el hastió del trabajo le llegaba hasta el cuello, le provocaba gracia cada que su jefa le platicaba acerca de los cambios editoriales para la revista de caballeros, quien se imaginaria que ella estaría practicando para la siguiente visita del fingimiento oral.

    La lengua se portaba grosera con su vagina parecía un cuchillo queriéndole cortar desde la entrada de su ano hasta el clítoris. Pensó que era bastante por hoy le aparto su cabeza entre las piernas y se fue al baño a fumar un cigarrillo. Se sentó en el retrete, solamente con la bata de seda que le había regalado una amiga por las puras ganas de amistad. Vio como el cigarro se consumía, como el humo escapaba hacia abajo, que raro, no había ninguna ventila abierta, tal vez en la sala se le olvido haber cerrado una. Observo como el humo seguía su camino hacia la hendidura de la puerta, hasta perderse en la otra dimensión, justo en la orilla de la puerta encontró una flor plateada que le había regalado su madre , se alegro de haberla encontrado.

    -Es tu hermano, Alejandra, cuídalo, fíjate bien, tarada-. El frio arreciaba despertándola de aquel recuerdo , el cigarro había muerto, se dispuso a entrar en el cuarto otra vez, el rostro con bigotes estaba roncando profundamente como una lechuga en toda la extensión de la cama, otra vez dormiría en el cuarto de visitas, al menos no escucharía la opera de una nota de obstrucción de garganta.
    No tenia muchas amigas, delgada, cuerpo esbelto pero bien proporcionado una nariz puntiaguda y unos ojos de azul envidia hacían notarla en algunas mujeres que desfilaban en la avenida cuando caminaba hacia la casa.
    -Carajo contigo este arroz esta quemado, no le pusiste agua suficiente-.Con una bofetada terminaba la discusión , y tu hermano ¿ya llego?, pobrecito va a llegar muerto de hambre, quítate haber como arreglo este pinche arroz, que no ves que llego de trabajar yo también, ah me duelen las piernas, ya ni la muelas-

    Nunca quedaba bien por mas que se esforzaba, y sacaba la frustración arremolinándose en las sabanas de su cuarto, que comieran ellos mientras ella los odiaba en silencio, pero que pensaba, ¿odiar a su familia? Eso no estaba bien un pecado para su conciencia, una culpa que le hacia mirar siempre abajo.

    Su mama era de esas madres que adoraban a los primogénitos varones y les alcahueteaba lo que fuese con tal de que se sintieran útiles a pesar de que con ello los hacia mas dependientes a sus faldas. ¿Por que no podía ser empática con su madre? ¿Por qué no la querría?, que mala hija era, que desagradecida. Así era , ni modo, al menos tenia una que cuando se enfermaba se apiadaba y le daba dinero para que fuera al medico.

    Su hermano murió en una riña con unos compañeros del trabajo del tianguis de la 105 pnte, le clavaron por la espalda un picahielos, la policía decreto que por alguna situación de venganza. La muerte de su hermano no le provoco ningún sentimiento de dolor, ¿era normal?, otra vez la culpa de no sentir. Su madre cayo en cama inmediatamente, provocada por un coma diabético, al despertar estaba paralizada de la parte izquierda de su cuerpo. Siempre la visitaba en el hospital cada miércoles de 5 a 7 en el hospital de la fundación española.
    -Come mama, si no, no se va a recuperar-. La miraba con rencor quitándole con la mano derecha la cuchara que estaba lista para introducirse en su boca salpicando el cuello de la famélica mujer y la cadena de flor plateada que siempre tenia , para eso de la buena suerte. Enseguida a limpiar, enseguida, a ver otra vez esa brillante joya que la deseaba desde que tenia 12 años.
    No pudo mas con la furia, tantos años prefiriendo a los hombres, ese misoginia con la que la educo le llego hasta la garganta, tomándola de la mano con fuerza le dijo,
    -Esto no se hace, me entiendes, si me llegas a entender, no vuelvas a ser grosera conmigo Perla- e inmediatamente le arranco la cadena que contenía la flor plateada, el jalón hizo que su madre gruñera un poco de dolor , la piel se le adelgazaba cada vez mas y cualquier rasguño era mas intensificado.

    Volvió a verla, y los recuerdos no paraban, las humillaciones, la falta de apoyo, la falta de incomprensión cuando no podía contarle el paso de su adolescencia, de sus dudas, de si era bueno o no confiar en todas las personas, sin vacilo le empezó a decir
    -Sabes, no tienes una idea de cuanto te odio, nunca te lo dije, me sentía una hija anormal, no siento mama, no sentí ni la muerte de mi hermano, supongo que ante tu indiferencia tuve que hacerme de piedra, sabes por que no sentí la muerte de mi hermano, por que era un imbécil, siempre lo consecuentabas con cada refacción robada que traía a la casa a escondidas de nosotras, sin embargo tu sabias donde las escondía, y no hacías nada.-
    Los ojos de Perla parecían inflarse mientras ella le narraba como había delatado a su hermano ante la bola de vándalos de la esquina a la que pertenecía robándoles la mercancía mientras ellos estaban planeando el siguiente golpe.
    -No me arrepiento sabes, pensé, pensé que así me querrías, te acercarías a mi pero no, no paso nada, como siempre- su tono era de lo mas tranquila , como si estuviera leyendo algún versículo de la biblia y extrañamente sin ningún tono de culpa. Observo la cadena y se la puso, para ella significaba el poder de decidir que hacia con su vida, ahora ella era la madre, la mujer, la que desasía y hacia con quien se le venia en gana. El puño derecho de la mujer intento otro golpe, pero ella la impidió tomándola de nuevo del brazo.
    -Terca te dije que no, no entiendes verdad, parece que tu estado de enferma te hizo mas obstinada de lo que ya eras, no lo vuelvas hacer o te quito el suero que te están dando- la mirada de Perla antes llena de furia comenzó a emanciparse, empezando a sollozar con lagrimillas.
    -Ay no llores mama, si dejas de ser grosera conmigo no te va a pasar nada, por eso te digo que te portes bien- mentía la única manera de asesinarla era de angustia cosa inocente ante un juzgado, no había pena legal contra eso.
    -Sabes estoy viviendo con un hombre casado que me da todo lo que se me antoje, es tan predecible como todo hombre, te gustaría se parece tanto a Alejandro, igual de confiado, voy a esperar un hijo de el, es un seguro para seguir pidiéndole dinero, ahora va a ser pensión alimentaria-
    El monitor de pulsión cardiaca parecía un tono de celular cada que una nueva confesión se describía detalladamente. Miraba sin recelo haciendo a propósito sus desahogos que guardaba durante 25 años.
    -Se que te emociona lo que te digo, es decir después de tanto tiempo estamos hablando como madre e hija , una relación normal solamente que el amor no existe entre nosotras, bueno amor del bueno, por que aunque no lo creas yo te amo mama, aprendí de ti; tu competencia, tu desconfianza, tu pedantería hacia la gente que no progresaba. Gracias mami, eh logrado mejores cosas que tu , una casa, dinero, comodidades ,cosas que en ese barrio de quinta jamás podría conseguir ni tu adorado Alejandro.-
    -Me voy mamita, tengo cosas que hacer, nos vemos luego, duerme bien. Ah y no des lata a las enfermeras , se quejan que eres muy grosera, pero mira que los enfermeros no, dicen que eres una ancianita muy tierna, eso me suena conocido- se levanto de la cama , tocándole su cabello blanco , despidiéndose con un beso en la frente, cerrando la puerta con cautela.
    Después de 3 días y acostada en la cama de servicio se escucho el tono de celular despertándola de sus recuerdos.
    -Si, quien habla, si la señora Perla la conozco, ah , cuando murió, no yo no soy, le avisare a su hija cuando la vea , es que ella salió de viaje.
    Había registrado como conocida a Perla en el hospital, no quería tener que ver con ella desde que el destino la hizo vulnerable con su patética embolia.
    Meses mas tarde ,y en plena sala de operaciones,
    Ella estaba dando a luz, el parto se demoro 10 horas más de lo previsto, por un problema de posición en el bebe, estaba de nalgas,
    -Puje madrecita, puje,- decía el doctor con ansias para darle animo a la primeriza. Su grito resonó en todo el hospital , aunado con el llanto de la criatura.
    Ella preguntaba si había salido bien, -Si, si no se preocupe, es una preciosa niña,
    -¿Es que?- agotada pronunciaba.
    -Una niña, mírela a poco no esta chulísima- el doctor gustoso le enseñaba el bebe.
    Ella no volteo, solo empezó a sacar lagrimas sin ninguna expresión de frustración o desesperación.
    -No, no quiero verla.-
    Una mueca de descontento del doctor hizo que se la entregaran a la enfermera para que la cuidara.

    Los gritos de la niña no paraban mientras ella la arrullaba sin ningún sentimiento de preocupación, los bigotes la regañaban por ser tan descuidada con la niña, no había comido, que no tenia consideración , mas de 4 meses y seguía igual, la obligo a ver al doctor.

    Demacrada asistió a una cita con el doctor del seguro,
    -Haber madrecita que tiene, anda triste, cansada , siempre con sueño , no me come mucho, anda toda flaquita, ujele!! pues no necesita mas estudios madre, lo que usted tiene es una digámosle, depresión postparto.-
    Lo único que la despertó del ensimismamiento fue esa palabra depresión postparto, le pregunto sin ganas que, que era.
    -Pues ya le dije, suele provocarlo por el dolor del parto, que haya sido muy traumático para usted, así que se me relaja , la voy a mandar con un psicólogo muy amigo mío, para que la atienda, eh , cuídeseme mucho.-
    Y levantándose la acompaño a la puerta , mirándole sin querer esa florecilla plateada que iluminaba gracias a un haz de luz que había entrado a la enorme ventana del edificio.
    -Mire, que florecita tan bonita, sabe me recuerda un caso muy especial, de otra madrecita muy pobre por cierto, lo recuerdo por que tuvo una operación demasiado difícil, la criatura tenia el cordón enredado en el cuellito y venia transversal, igual que usted, me rechazo a ala pobre niña, casi inmediatamente cuando lo vio, bueno madre deme permiso, tengo otros pacientes que atender , cuídese eh-
    Los ojos de ella se agrandaron mas, mas aun cuando la descripción el doctor coincidía con los problemas que le hizo pasar a Perla durante su nacimiento, los tenia memorizados, por que siempre se encargaba de recalcarle el sacrificio que hacia por ella.

    Al llegar a casa, había una nota en la casa diciéndole que no podía seguir con ella, que era una madre desnaturalizada, que había hablado con su mujer, acerca de adoptar una niña y que se iría a Cuernavaca lo antes posible, que ni se atreviera a buscarlo.
    Vio la casa sola, solo que en vez de sentirse mas desgraciada aun, tomo su vestido azul que tanto le gustaba , parecía que no había subido tanto por el embarazo, se pinto. Y salió a la calle para ir a su trabajo, feliz.
    Solamente algunas veces cuando veía niños se les quedaba viendo como sonreían, pero una mano mas grande que ella la subió a una limosina que la llevaba a algún restaurant elegante, de esos lugares donde soñaba ir algún día a comer bien.
     
    #1

Comparte esta página