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LA GATA CLEOPATRA

Tema en 'Poesía infantil' comenzado por miara, 26 de Febrero de 2015. Respuestas: 1 | Visitas: 456

  1. miara

    miara Poeta asiduo al portal

    Se incorporó:
    24 de Febrero de 2015
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    Género:
    Mujer
    Cleopatra, la gata,
    Presumida se contemplaba
    Sobre el espejo ovalado
    De marco de plata.

    Su reflejo,
    la mirada le devolvió;
    Era una forma sedosa,
    De blanco angora,
    Con ojos grandes,
    De líquida turquesa,
    Como sabrosa nata.

    ¡Qué orgullosa se sentía
    De su imagen felina,
    De los mimos y agasajos,
    Que la que era su ama,
    Le procuraba todos los días!.

    Se decía que era
    Una criatura preciosa,
    Digna de admirar
    Por sus congéneres,
    Amén de por los humanos
    Que a su lado se movían.

    Vio en su pecera,
    De vidrio transparente,
    Al pequeño pececillo
    Que flotaba
    de uno a otro lado,
    En su rutina diaria,
    Desde que lo adquirió
    Su dueña
    Hacía una semana.

    Se relamió de gusto
    Y pensó
    Que la anaranjada presa,
    Sería un bocado apetecible
    Que llevarse
    A su boca hambrienta.

    El pez, inquieto,
    Notó como Cleopatra,
    Con sigilo y cautela,
    Se acercaba.
    La vio, con horror,
    Echar la zarpa
    Para meterla
    En el recipiente
    Y así atraparle
    Con su gatuna pata.

    El pez exclamó,
    Casi temblando,
    A la minina ansiosa:
    “Mi señora Cleopatra,
    Hace poco
    Que nos conocemos,
    Pero, ¿pensáis
    Que es buena idea
    Alimentaros
    De una penosa criatura
    A la que ni siquiera
    Nombre han dado?.
    Yo pensé que erais
    Más selectiva,
    Que procuraríais
    Cuidar la belleza
    Que os engalana.
    ¿No sabéis que
    Si el agua
    de mi pecera
    Os moja,
    El esplendor
    Que vuestro pelaje
    Representa,
    Se perderá
    Y dejaréis de ser
    Esa criatura bella
    Que tanto complace
    A la vista,
    A la que los humanos
    Que en esta casa habitan,
    Tanto admiran?.
    No querréis perder ese lugar,
    Esa estimación especial
    Que disfrutáis,
    Poniéndoos al nivel
    De los gatos callejeros
    Que pululan miserables
    Por entre sucios vertederos,
    Callejones y basureros
    De escombros llenos.”

    Cleopatra
    Confundida y alarmada,
    Se puso a pensar.
    Era probable
    Que aquellos polvos extraños
    Que al pez echaban
    De vez en cuando,
    Pudieran causar
    En su hermoso pelo,
    Estragos.

    ¡Oh, no!
    ¡Qué catástrofe
    Sería!.
    Tenía razón
    El pequeño ser.
    No se debía arriesgar,
    Sobre todo
    Por alimentarse
    Con comida
    Que no se correspondía
    A su categoría.
    Así, que se dio
    Media vuelta
    Y en su cesta
    Se sentó,
    Pensando,
    Que la lata de atún
    Que pronto
    Le servirían,
    Era mejor manjar
    Que un pez raquítico,
    Que a saber,
    De donde procedería.

    En la pecera,
    El pececillo respiró,
    Porque la vanidad superlativa
    De la gata
    Le había servido
    Para no convertirse en raspa.
    COMO UN VOLCAN
    Era tan pequeña y frágil
    ,pero con un volcán
    En su interior,
    Que la impulsaba a conocer,
    A experimentar,
    Lo que había a su alrededor.
    Sus padres, eran su dios,
    Hechos de barro y flaquezas,
    Pero nunca la importó
    Porque cuando abría los ojos,
    Les descubría con la mejor sonrisa
    Haciendo frente al cotidiano dolor.
    Y buscaba en el aire
    Las respuestas
    Que los mayores no contestaban.
    Se planteaba dilemas
    Que eran escuchados
    Por alguna distraída rana,
    Cuando salía de la escuela
    Y por el parque caminaba.
    Era feliz, sin saber
    Qué significaba esa palabra,
    Mientras al sol
    Le echaba en cara
    Que se retirase tan pronto,
    Que fuera cobarde y pusilánime,
    Dejando que la luna le ganara.
    Así, en sus sueños,
    Unas veces era un hada,
    Liviana como un suspiro,
    Un tanto revoltosa,
    Que a los mortales
    Hacía trastadas.
    Pero la mayor de las veces,
    Se imaginaba
    como la sombra de sus padres,
    Sobre los que se inclinaba
    Y eternamente, abrazaba.

    Sirena que contemplas mi barca
    Bajo el mar bravío;
    Que te balanceas en las aguas
    Y que miras,
    Entre la espuma y las rocas,
    El brillo del relámpago
    Sobre el cielo oscurecido.

    Dame tu fuerza,
    Dame tu aliento,
    Para llegar a mi hogar,
    Para llegar a puerto.
    Diosa de la profundidad,
    Cabellos de oro y de seda,
    Ojos en los que cabe
    El verde profundo
    Del traicionero mar,
    Arrástrame a la orilla,
    Pues sé que sabes escuchar,
    Y un peine de ámbar
    Te habré de regalar.
    “¡No prometas nada, marinero!
    ¡Nada me has de pagar!
    Yo empujaré tu navío
    Con la ayuda del delfín
    Para que a tu esposa,
    Que espera en la playa,
    Puedas abrazar por fin.”
    “No quiero llantos
    Que yo no pueda enjugar.
    No quiero silencios
    De voces que ya no puedan cantar”.
    “Vuelve por el sendero
    Que yo misma he establecido
    Y cuando la tormenta se haya extinguido,
    Regresa y desafía a tu enemigo
    Que aquí he de estar
    Para mi bienvenida dar.”
     
    #1
  2. GEORTRIZIA

    GEORTRIZIA ♥Niña de los besos rosas♥

    Se incorporó:
    2 de Noviembre de 2010
    Mensajes:
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    Me gusta recibidos:
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    Wow...
    Magnifica cleopatra...
     
    #2

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