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La Génesis del Silencio Líquido

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Jose Anibal Ortiz Lozada, 3 de Febrero de 2025. Respuestas: 1 | Visitas: 72

  1. Jose Anibal Ortiz Lozada

    Jose Anibal Ortiz Lozada Poeta fiel al portal

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    En el laberinto de cámaras rojas y secretos susurrados, donde el corazón teje sus mapas con hilos de ausencia, algo se agita. No es el dolor, ese viejo topógrafo de cicatrices, sino una humedad primordial que nace en los pliegues del alma, allí donde las palabras se deshacen en sal y memoria.

    Primero, es un temblor de átomos, un suspiro que se condensa en la sombra de una ceja. La lágrima se forma como un cristal de tiempo, creciendo en la cueva húmeda del párpado, cargada de instantes que pesan más que el cuerpo: la risa quebrada en un umbral, las manos que ya no encuentran su geometría, el nombre que se repite hasta volverse ajeno.

    Asciende, sigilosa, por los túneles de la garganta, un meteoro inverso que en lugar de incendiar el cielo, quema las entrañas. Es un naufragio íntimo, una tormenta sin viento que estremece los huesos. El cuerpo, sabio en su cartografía de pérdidas, la guía hacia el borde del mundo visible: el ojo, ese lago quieto donde el universo se refleja al revés.

    Allí, en el precipicio de la córnea, la lágrima duda—¿caer es confesar o es liberar?—y entonces se desprende, un cometa minúsculo que surca la noche de la mejilla. En su caída, refracta todos los soles apagados, los besos que fueron islas y ahora son mitología. Al estrellarse contra la tierra del rostro, no hace sonido, pero su eco resuena en los relojes detenidos, en las cartas que nunca se enviaron.

    Al final, queda solo un rastro de sal en la piel: estela de un naufragio, jeroglífico efímero que narra cómo el amor, al herir, nos vuelve arquitectos de lo invisible. Porque cada lágrima es un diccionario entero caído del costado izquierdo del pecho, un idioma ancestral que solo el silencio descifra.

    Y tú, que recoges ese residuo de mar en la yema del dedo, sabes que el amor duele no cuando se va, sino cuando persiste—fantasma líquido—en la fisura exacta donde lo eterno y lo fugaz se besan, fugaces y eternos.
     
    #1
  2. Vicente Fernández-Cortés

    Vicente Fernández-Cortés Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Excelente entrega, compañero.
     
    #2

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