La herencia

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Pasaron los años y quedara la historia triste. ​

Siendo muy pequeño al quedar huérfano,
mis padres me dejaron una herencia
que llegaría para hacerme ver, que el amor,
no tan solo lo entregan los humanos. ​

Llego a mi, pequeño, peludo, ojos grandes, café, mi mascota.
Llego el momento de ir a la escuela y el me acompañaba
caminando a mi lado, como lo haría una madre amorosa. ​

Cuando me enfermaba, estaba a mi lado en el piso
y allí se quedaba, observandome, esperando un movimiento mio,
atento a cada palabra que podía pronunciar. ​

En los días de lluvia yo le leía, creo que me entendía muy bien,
sus orejas paradas oyendo lo que yo decía, allí nos quedabamos...
el lodo se formaba en las calles y la escuela estaba lejos para caminar. ​

Fue entonces, mi único amigo, al menos el que me demostraba mas,
solo me faltaba poder con el conversar, yo le hablaba y El, me escuchaba,
se quedaba quieto, como esperando cada palabra que yo pronunciaba. ​

Ahora los dos vamos creciendo, se que si podría decir esto...
el cubrió muchos días y noches de soledad, aun lo hace.
Mi perrito, mi amigo, mi compañero... ​

Y aun nos queda mas tiempo por andar. ​

Almatriste LV
Marzo 14, 2010​

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