La luna que miraba la rana

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Cálidos,
amorosos, los besos desgranaron
una voz en charca de agua tranquila,
sobre la luna que miraba la rana,
la dulzura de una frase: te amo.

Ahora sé que no hubo palabras con mayor clave profunda.

Al bajar la noche, respirando hondo, ebrio de oxígeno,
volví a tus labios de opio,
con la fuerza del toro, lejano del amor,
descendiendo de tu mano, por debajo de la almendra de tu boca,
hasta el recinto sellado de tu incendio.

Nada es tan mío como son tus ojos,
lamparillas de caricias,
cuando los miro.

Me miras, sigues mirándome,
desnudo de pensamientos en ellos estoy,
cierras jazmines y entornas luciérnagas,
amor no soy de ti, sino del amor el principio.

Acercarme más a tu boca hoy pretendo,
tu flexible boca, palpitación del ruego,
donde mi labios están secos de toda tu patria.

Y al alba,
cuando salga de tu beso y la risa del placer la tenga muerta,
tan sólo será el modo de vivir en ti para siempre.

...
..
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Jesús Soriano


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Gran obra, un trabajo espectacular, excelente, divinas letras admirables.

 

Muchas gracias, Jorge, por tu lectura y pronta respuesta. Un abrazo para ti, Jesús

 

Estaba la rana cantando debajo del agua...
y estaba la rana mirando la luna y la luna de sommbras super encantadaaaaaaaaaaa...
cuando la ciela salió a espiar
vino Jesús y la hizo asommbrar.

La luna, la rana y todas las criaturas amorosas, celebran estos versos tan maravillosamente confeccionados, tan colmados de dulzura y pasión.

Grande, Soriano.

 

...sentí algo así... como que en el amor siempre somos principio, (tengo que pensar en ello)... Me encantó Sommbras, es de un sentir y exquisito en gusto, muchas gracias...

Un abrazo

 

Tranquila estaba la rana hasta el beso que ahora le obliga a cantar.
Principe en tus palabras, te beso agradecido, mi amada cielita.

Jesús