La minifalda me trastorno

LA MINIFALDA ME TRASTORNÓ

Te vi mujer de
vestido largo pisando
con tanto garbo, que me
interesé por ti, como si fuera
un encargó.

Todo se me dificultó,
la competencia era tenas,
tenías admiradores por todo
lado y yo no me atreví a acercarme,
parecía apenado.

Te sacaron
a bailar y si antes
copaste mi interés,
ahora viéndote mover la cintura,
me concentre de tal forma, que me
aterró tu hermosura.

Paciencia me
aconsejo mi mente,
pilas me dijo mi corazón,
el yo que llevo por dentro me
secreteó: nada de paciencia utiliza
la experiencia.

Ya sonaba
la segunda tanda,
pero la música se silencio,
el desfile iba a empezar y la joven
que me interesó también desapareció.

Una música
envolvente motivo
la expectativa de la gente,
las primeras modelos se fueron
haciendo presentes.

Los trajes
eran de buen linaje,
crespones, transparencias
y escotes, coparon la mente
de los hombres como si fueran coyotes.

Al final
apareció la joven
que copó mi expectativa,
lucía un vestido de gala y un
maquillaje tenue, a juego con el traje.

Sus hermosos
y exuberantes senos,
me hicieron ver visiones
cuando sus ojos verdes se posaron
en los míos, me sentí cautivo viéndola caminar.

Al pasar por
mi lado, me regaló
una sonrisa, y su rostro me
dejó asombrado.

La ronda
volvía a empezar
y a lo lejos desaparecer,
me vi diciéndole al oído que quería
ser su querer.

Mis sentidos,
soltaron la carcajada
de verse poseídos por un ser
tan soñador, no tuve tiempo
de consolarlos cuando vi en la pasarela
a otras modelos, desfilando con esplendor.

Al fondo
no vi a una mujer,
lo que me encandiló,
fue ver a una reina que lucía
una minifalda y mi corazón
se aceleró muy hondo.

El atuendo
era atrevido,
sus torneadas piernas
me alaban como imán, de pronto
me vi enamorando a esa escultura,
que se movía con destreza y altura.

Nuevamente
se manifestó la competencia
los aplausos no se hicieron esperar,
a mi corazón le provoco gritar.

Mientras
yo seguía soñando,
la minifalda se me enredo
en la mente, por más que suplique
no se me permitió sentir la ternura,
ni palpar su hermosura, y como si fuera
un hada, por estar soñando, me quede sin nada.​

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