La noche de viernes

[center:a27421d33f]Esta noche, estoy en casa.
Nunca me había quedado en ella.
Ahora la veo, es bella,
en cuanto la vista la alcanza.

Mi figura es trágica y tirante.
Mi mente, atormentada y delirante.
La gente me mira con deseo,
de alguna vez, si pudieran, matarme.


Quisiera una estrella coloreada pisotear.
Reinar sobre los astros perpetuos y brillar.
Alzarme sobre cualquier Dios,
antes que a mi muerte, me tiente a juzgar.

Soy como un monstruo llorando.
Soy como un niño soñando.
Mi alma negra y dolida,
algún dia explotara, brillando.

Pero ahora estoy solo,
poeta abandonado.
Que muerte! Que triste!
Que grandes dolores se han entrelazado.

Varón pequeño, sutil enamorado.
Enamorado del cielo,
cuando la luz se ha despejado.
La noche se enciende en mis guaridas,
cual candil del pasado.

Me imagino en mis sueños,
de un cordón, mi cuello colgado.
Bailando al compás de la muerte,
cuando la luz se ha despejado.

El suelo es mucho mas frío,
cuando se ha llorado,
pues las lagrimas se cuajan
y el temor me ha sobrepasado.

No soporto mas,
mi espalda pesa demasiado.


Mi casa se llena de sombras,
se estrecha a mi alrededor.
El cielo que tu me nombras,
mentiras de salvación.

Si ese tu dios me conociera,
me pediría perdón,
al ver a su hijo olvidado
y marginado al dolor.

Mi mente es un valle,
un precipicio de oscuridad.
Los maniáticos talles
ocultan cualquier felicidad.
[/center:a27421d33f]