La novia

Y a la espera de la hora,
toda de blanco y encarnadas las mejillas,
la novia sonríe un tanto a fuerzas
y checa el reloj,
repasa el velo, calza el tacón
y repite mentalmente un “si”
con tanta fuerza que se tatuá en el vidrio del espejo.

Toda de blanco y toda cristal,
la novia prístina
emprende el paso,
núbil, radiante;
le han brotado diamantes en la mirada
y una paloma anida en su corazón.
La prisa aprieta, la risa engaña,
sus manos tiemblan,
y repite el “si” como si temiera
que se le olvide.

Y ante el altar esplendido
y ante el que sera, a partir de ayer,
su otro yo,
la novia trémula, nudo en garganta,
manos danzantes, derramada de emoción,
espera que el sinodal de blanca toga,
aplique el examen, cuya respuesta tanto ensayo:
“si, acepto”, acepta ahora, acepta siempre,
la blanca novia, llena de amor.

Después el exceso de amor que la pone
en un blanco lecho,
los promesas, los te quiero,
cosa serán de otro poema,
hoy respetemos su intimidad.

 

Hermosa imágen dibujas en tus letras, es como estar ahí, sintiendo la emoción de la mujer que llegó a la realización de uno de sus más caros sueños. Gracias por compartir tus letras tan claras . Un abrazo

 

Gracias a ti por leerme, gracias por ser compañera en este viaje de letras, emociones... poesía.


Saludos.

 

Excelente!!
Me ha gustado esa mirada luminosa...buen final...
Un gusto amigo!
Te abrazo con todo mi cariño...

 

Gracias amiga, encantado de saber que has estado por aca.


Saludos.