La rapaz y el gozque

Ladraba un gozque flaco sus penas a la luna

la ruina de su suerte con desolada rima,

fijó su punto un búho sobre una gran tarima

y dijo a la sazón: ¿te quejas de fortuna?...



Me quejo con razón, feroz inoportuna,

por culpa de querer a un amo sin estima,

si aúllo le incomodo, gruñir le desanima;

al muy truhán le guardo capachos de aceituna

y pobre si me callo o si requiero enmienda.



Pues deja de ladrar; ahí llegan fulanos,

armados con garrotes y dos perros alanos

dispuestos a robar las rentas que vigilas;

perdido estás si alertas, perdido si sigilas.

A tales vaticinios... ¡Adiós, amo y hacienda!
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Buen mensaje con una gran enseñanza
Me gustó este ameno escrito, mi estimado Frankos
Saludos y un abrazo, poeta

 

Agradecido, Antonio. Perro rico, perro pobre... Pobres perros, en muchísimos casos.
Afectos.

Frankos