La vida que ninguno merecía

Tienes la duda existencial de si te amo
y espero que venga mi abogado para responderte,
si me preguntas a secas, parece que te extraño,
pero muerdo mis labios para no conocerte.

Espérame a las puertas del juzgado
con el labial que dejabas en mi pañuelo,
mi memoria es eslogan de los desconocidos
que caminaban al lado del amor que nunca tuvo dueño.

Me llaman y resulta que mi abogado viene con retraso
como una oruga que no quiso ser mariposa,
vuelves a verme y preguntas otra vez si te amo
y siento el olor de tu perfume que me roza.

En el panteón descansan los besos que te fui dando,
y ya ni flores les dejo en el día de muertos,
hay páginas blancas en donde escribo cada tanto
y se borran cada noche, porque cada vez te extraño menos.

En cinco minutos cierra la oficina,
y cinco minutos son tan largos como un amanecer,
podrías estar desnuda que seguiría con mi mirada fría
y con mi lengua muda, sin blasfemias ni placer.

Tengo la duda existencial de si te quise alguna vez
pero casi de inmediato me disipo y caigo por el piso
como un pataleo suicida que se sabe esconder,
cuidado con querer lo que deseas
no sea que una noche buena se atraviese entre tu piel.

Me llaman y resulta que hoy de casualidad no atendían,
este lunes en el noticiero declararon paro,
mañana si pregunta por la cita mi abogado
que sepa que no quiso el juzgado
que escapáramos de la vida que ninguno merecía.