Lamento en la nada

La ciudad se prende y la calma

aparece

es el momento

de que las pieles

se pierdan

entre las sobras de tantos objetos.






En la esquina esta el carnicero

que cada día vigila

que su dinero este resguardo,

más adelante

esta el político cobrando

los impuestos

que van directos a las arcas de

sus bolsillos,

luego camina un poco más

al fondo

ves las capas negras, las gafas

y el humo que se eleva

la indiferencia progresa,

el mundo se subyuga,

la corrupción

mera prostituta;

de tanto uso ya es bien conocida.






El día llega, las luces se apagan,

la claridad vibra

y los personajes de la noche

tras la claridad

se esconden como vapor desaparecen.

De mascara

de hipocresía se visten. ​

 

y es bien cierto que la hipocresía se adueña a veces de las sociedades llevando la máscara de lo socialmente aceptable...

caminar con ampollas, correr con tijeras...

y ocultarse antes del amanecer...

a veces toca dejarse llevar

y no dejarse estrangular por el disparo pútrido que se filtra en el subsuelo...

de la humanidad...

Saludos.

Un gusto visitarte.

 

"De mascara

de hipocresía se visten."


veo que en todos los suelos los pasos nocturnos cantan igual. un placaer leerla y hoy fue doble, un fuerte abrazo.