Las manos rozadas-.

Las manos que se divisan

son horizontales piedras vislumbradas.

Como toques de atención en un mal día,

situadas al fondo de lo ocre, destituidas

por la mano que fragua la vecindad de la noche.

Verticales, las sombras amenazan;

son edificios, alternos, que procuran su

sigilosa venganza sin árboles.

Las manos que me tocan, alzan

desde la espesura, su razón de amar.

Soy paciente con la herida que rozo.

Y soy del día, al igual que antes, de la noche-.



©

 

De principio a fin pre cio soooo...
Encantada de leerte poeta.

Felicidades por esta entrega.

Un abrazo insular!!

 

Sólo una mano puede entender el lenguaje de otra mano cuando se estrecha. Gracias por ese inundar de manos da igual que sea de día como de noche. Saludos afectuosos.

 

Gracias por tan hermoso comentario, Chema, un abrazo!!

 

Gracias preciosa amiga, recibe mi más fraternal abrazo y un besito pequeño!!