Las olas no retornan

La luna se adelgaza: ES AUSENCIA.
Las evocaciones del mar
flotan dispersas en las playas baldías,
desnudas: ES AUSENCIA.

Se percibe el clamor de la roca,
acechada por el incesante golpeteo de las olas.

Y quién puede dormir?
...Ante el silencioso llanto de la roca
frente a sus sangrientas heridas cubiertas de sal.

El olvido viaja en las eternas ondulaciones del mar:
Y se hace recuerdo de la ola
que es memoria de tiempos de amor.
La blancura de su espuma,
mancillada por la arena
en su último acto de bondad,
le confiesa que nunca susurro su verdad.

Pasos que se alejan pisando conchitas,
el rumor del puerto que lastima,
el lugar bajo la penumbra de la noche moribunda.
Y alguien soplando su aliento en las grietas de sus heridas,
o quizá sólo sea el rudo olor del mar.

El lugar ha desaparecido,
desvanecido en la memoria del mar.
Los recuerdos de la ola:
Una concha bermeja,
el cadáver de una estrella,
junto al naufragio de una barca abandonada.

La memoria de la ola:
Lo que trae,
lo que lleva,
lo que no llegó
nunca
jamás.​