Lejano el sol de la infancia

Dedicado a Antonio Machado​

Lejano el sol de la infancia
sobre un cielo sin maleza,
hoy la sangre, ya caduca,
va degradando mis venas
y dejando en la mirada
un manantial de carencias.
Por mi geografía abundan
cicatrices y secuelas,
cada una es el recuerdo
de alguna maldita guerra
contra adversarios terribles,
de los que cierran las puertas
al verde en los corazones,
al canto de las esferas.
Agotado ya mi grito
y desgastadas las piernas,
solo queda entre mis manos
una dolorosa pena
al ver cómo lentamente
la parca fatal se acerca.
De mis derrotas se ríe,
las que dejo como herencia.
​

 

Conozco esa pena, ha sido un placer leerle y dejar mi huella en sus letras
abrazos de colores,

 

Gracias, amiga poetisa, por tus amables y bellas palabras.
Saludos afectuosos y mucha salud.

 

Esa infancia tan inocente con seguridad no se imaginó ese largo camino asfaltado con carencias. Un saludo cordial, Anna.

 

Comparto tu dedicatoria, Machado se merece todo lo que de el podamos decir y aportar, un buen poema.- Felicidades.

 

Excelente romance dedicado, un fabuloso homenaje que se prende
en la mirada con mucho garbo, me encantó estar aquí. Recibe un
beso cariñoso que se apriete en tus mejillas.

 

Un hermoso romance, poetisa Anna. Siempre es un gusto leerte. Saludos
Azalea.