Letales guardianes

Ensimismado caminaba por las calles de la ciudad,
elucubrando la manera de atrapar tu corazón,
cuando de un corcel negro tres forajidos hacia mí se dirigieron,
con estruendos prometieron entregarme a las mazmorras,
construidas para conservar su artera vida fácil.

¿Qué sucede?, preguntaba, confundido y asustado,
no te muevas, ni respires, pues podrías viajar
a un lugar sin igual donde tus sueños te han llevado,
cual nirvana imaginaba, sin dejarme razonar.

Fueron días, quizás años, el tiempo lóbrego pasaba,
nadie había que me ayudara, sólo una voz me penetraba,
anunciándome el fin de mi sueño terrenal, si afuera no ayudaban
con pétalos de colores que sirven para adquirir razones
de este triste proceder.

En momento de algún día a la intemperie salía,
con promesas de un paraíso conocer,
de inmediato agua fría por todo mi cuerpo sentía,
¿es que acaso que en la gloria me tienen?
cuestionaba agradecido,
cuando un dolor recorría cada parte de mi cuerpo
y lejanas palabras escuchaba de mis letales guardianes.


A todos los pueblos que sufren, a mi país que sangra.

 

Es tan hermoso su país. Uno que ha tenidol a oprtunidad de recorrelo, en gran medida, no se cansaría nunca de compartir con ustedes, de cantar con ustedes. A veces da rabia que unos lkocos pretendan estropear uno de los más bellos rincones de la tierra.
Cardenal

 

Gracias Cardenal, es una pena, en serio, un abrazo!