Lo decidí sin pensar.

¿Sabes?
Yo no quería hacerlo...
yo no lo había decidido.
Falto tiempo para haberlo pensado
y quizás otra decisión hubiera tomado.

Hoy no entiendo nada...
Me late el corazón...
me duele el alma...
me duele tu opinión.
No comprendo lo que pasa.

Sé que nadie sabe en casa
y que no podré contarles...
me siento sola
y tu no quieres que te hable.
Me abandonaste en este instante.

Yo que siempre te amé...
nunca sospeché que esto ocurriría.
Yo, un hijo no quería...
tu sabías que si pasaba... yo abortaría.
Pero no... hoy no es lo que quiero.

¿Sabes? Quizá sea muy pequeño...
pero lo siento.
Mis pechos me duelen...
reclaman la boca de un hijo
que quiere alimentarse.

No se que hacer ahora...
pues ayer frente a la desesperación...
accedí.
Maté a nuestro hijo
y no le dí la oportunidad de vivir.

Me siento una asesina...
una mala madre...
algo provocado por mi baja autoestima.
Pero... no se qué hacer...
tu no me apoyas.

Ahora duele...
no se a quién contarle.
Siento que no merezco vivir...
que maté a un indefenso...
o que al menos está a punto de morir.​