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Los contextos

Tema en 'Prosa: Sociopolíticos' comenzado por dragon_ecu, 9 de Agosto de 2025 a las 10:34 PM. Respuestas: 0 | Visitas: 14

  1. dragon_ecu

    dragon_ecu Esporádico permanente

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    Hombre
    Es normal que cuando se acercan procesos de cambio, surjan decenas de discursos a favor y en contra del cambio y del continuismo.

    Los medios de pronto se inundan de expresiones y discursos.
    Claro algunos venden sus proyectos mientras otros cuidan de no ser eliminados.
    Es lo más normal del mundo y ocurre regularmente.

    Pero al igual que en las guerras la primera baja es la verdad, igual ocurre con las "guerras mediáticas".

    Así que es importante saber leer y saber contextualizar para entender lo que ocurre.

    Un ejemplo básico es que la gran mayoría de la población acepta que el concepto de ciudadano es universal y cubre a hombres (y mujeres) mayores de edad.

    FALSO.

    La realidad es que el concepto de ciudadanía varía de estado a estado, y también a variado de tiempo en tiempo.

    ¿No me creen?

    Bien, pasemos a examinar la declaración de derechos del hombre y el ciudadano de 1789 (si, la famosa declaración elaborada en la revolución francesa).

    Ha sido un error natural suponer que todo hombre es ciudadano. Pero...

    El artículo 6 define con precisión al ciudadano.
    6.- La Ley es la expresión de la voluntad de la comunidad. Todos los Ciudadanos tienen derecho a contribuir a su elaboración, personalmente o a través de sus Representantes. Debe ser la misma para todos, tanto para proteger como para sancionar. Además, puesto que todos los Ciudadanos son iguales ante la Ley, todos ellos pueden presentarse y ser elegidos para cualquier dignidad, cargo o empleo públicos, según sus capacidades y sin otra distinción que la de sus virtudes y aptitudes.

    Los artículos 10 y 11 evidencian que la diferencia entre hombre y ciudadano existe.

    10.- Ningún hombre debe ser molestado por razón de sus opiniones, ni aún por sus ideas religiosas, siempre que al manifestarlas no se causen trastornos del orden público establecido por la ley.

    El artículo siguiente(11) usa el anterior(10) como apertura.
    11.- Puesto que la libre comunicación de los pensamientos y opiniones es uno de los más valiosos derechos del hombre, todo ciudadano puede hablar, escribir y publicar libremente, excepto cuando tenga que responder del abuso de esta libertad en los casos determinados por la ley.

    Y los artículo 13 y 14 resaltan la diferencia al consagrar el mantenimiento de la fuerza pública únicamente entre los ciudadanos.

    13.- Siendo necesaria, para sostener la fuerza pública y subvenir a los gastos de administración, una contribución común, esta debe ser distribuida equitativamente entre los ciudadanos, de acuerdo con sus facultades.

    14.- Todo ciudadano tiene derecho, ya por sí mismo o por su representante, a constatar la necesidad de la contribución pública, a consentirla libremente, a comprobar su adjudicación y a determinar su cuantía, su modo de amillaramiento, su recaudación y su duración.


    Contexto... el bendito contexto.


    Es importante señalar que para esa época se consideraba la existencia de "clases" o segmentos de población como algo normal.
    Las clasificaciones comunes señalan a magistrados, burgueses, nativos, residentes y extranjeros.

    Esto se puede observar en documentos de la época, como dentro de la enciclopedia de Diderot y D'alembert en el tomo VII artículo sobre Génova.
    Incluso Rousseau recatalogó esa clasificación en: ciudadanos (o pueblo soberano), súbditos y extranjeros.
    Misma clasificación que usó en su obra "El contrato social" (impresa en 1762).

    Obra que sirvió de base para enmascarar la cruel masacre totalitaria del "terror" (1793 a 1794) en medio de la revolución francesa (1789 a 1799).
    Al igual que sirvió de germen a ideologías igualitarias posteriores.

    Así lo que antes se pensaba y entendía de un modo, es luego deformado en tiempos posteriores.

    Por ello la importancia del contexto.


    Entendida ya la importancia del contexto viene la otra cara de la moneda: descontextualizar.


    En tiempos pasado muchos conflictos eran analizados desde un solo lado.
    Con esto el conflicto se intensificaba.

    Desde las guerras púnicas hasta la segunda guerra mundial, era común polarizar la lectura de los hechos.

    Entonces eran los buenos contra los malos, donde los perdedores eran señalados como los malos.
    Claro que usando la idea de que el bien siempre derrota al mal, el perdedor sería declarado el malo al final y además debía pagar todos los daños.

    Esa mentalidad de recargar la culpa, la responsabilidad y el pago en un solo lado reventó luego en mayor violencia. Esto se repitió en la primera guerra mundial y se sigue viviendo tal error de polarización.


    Ya en tiempos cercanos... asoman los agoreros de nuevo.


    Los adivinos y oráculos que tomaron gran importancia en la antigua Grecia, tanto para señalar posibles éxitos como derrotas.
    Pero quienes solo manifestaban males futuros se les denominó agoreros.

    Si viviera cerca de una base militar, o fábrica de pertrechos militares, o una edificación estatal clave... es casi segura la existencia de refugios para digamos: ataques de misiles, guerra bacteriológica y hasta bombas nucleares.

    Pero si vivo lejos de cualquier objetivo militar, resultará absurdo mostrar temor de ser víctima de un ataque como los anteriores.
    De pronto tendré temor de ser asaltado, de que me cobren valores en exceso, de pagar multas de tránsito, de que ocupen mi casa... en fin. De sentir aprehensión ante riesgos más posibles de ocurrir en donde vivo.


    Al cierre.

    Cuando se recurre a aplicar contextos ajenos a la realidad, entramos en la deformación de la misma.
    Sea con fines de lograr apoyo, lástima, votos, dinero, bienes, simpatías... se trata de una estafa.

    Por esto la necesidad de siempre valorar el contexto correcto, y desalojar los contextos artificiosos o farsas.
     
    #1
    Última modificación: 9 de Agosto de 2025 a las 11:21 PM

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