Los cuentos más amargos

Sufro por eso que sufren los valientes,
por un delirio al que algunos llaman amor,
nacen aquí los cuentos más amargos del presente
en una esquina donde hubo un corazón.

Te felicito por olvidarme tan de prisa
y sonreír mientras que yo viajo al infierno,
si amar es jugar al escapista
entonces tienes doctorado, y yo sigo sin creerlo.

Mi vida no se soluciona con que aparezcas en mi cama
y finjas que tus besos son mi cena,
ni con que tu ropa caiga a mis pies con tanta gracia,
mi última oportunidad de ser feliz
se disfrazó de payaso en una leche con avena.

Nunca dejes de tener un buen corazón
aunque mancillen tu recuerdo contra el piso,
nacen aquí los cuentos que no conocieron pasión
y tienen firma de que así es que Dios lo quiso.

Arrebato mi momento de locura
para dárselo al orgasmo que no tengo,
me fascina que esta enfermedad no tenga cura
para morirme lentamente sin mirar al cielo.

Sufro por eso que sufren los valientes que lloran
en un colchón con una almohada de menos,
no hay justicia más amarga que escuchar que te aman
cuando el diablo se desviste en el suelo.

Te cuento que pensé en escribirte una postdata
pero pensé que es de dignos no dejar comentarios,
vete de aquí ahora que aún no está en bata
la mañana y puedo llorarte otro buen rato.

 

Cuánto desahogo y tanto sentir desangrándose querido amigo... intensidad que emociona...
Un gusto leerte...un abrazo...
Nancy

 

Muchas gracias por tu visita. Saludos. Un placer recibirte por aca.

 

Un sufrimiento que siempre resulta muy doloroso mi niño, verdaderamente
de valientes!! Pero estamos tan expuestos a ese sentimiento, es lo mejor que
nos pueda pasar, a pesar de que sabemos a lo que nos exponemos. Nostálgico
desahogo el que nos compartes. Besitos apretados en tus mejillas.

 

Hermosos versos llenos de tanto dolor. Digno de poner en una carta y mandarla para ese amor que se olvido de mi.... un gusto pasar por aqui, saludos!

 

El desahogo siempre es importante. Saludos. Un placer recibirte por acá.

 

Si, se olvidó de mí, pero yo no me olvidé de ella. Saludos. Un placer recibirte por acá.