Los demonios y la sombra.

Soledad,
De soltería experimento,
Con la mano adentro,
Y el caudillo de Colombia,
Miserable esperpento.

Miseria,
Espiritualidad cabizbaja yo me alegro,
Decepción paternal,
Y un campesino altanero.

La miro y se detiene el tiempo,
Y dios toca su piano infernal,
Cuando me atraviesa la mirada,
La de una piba como vos.

Me olvido de mis demonios,
Con el aullido de la luna estrellada,
Y un gato me cantaba su rostro,
De una nena como tú.​

 

Firme semblanza de tu tierra y sus hombres y sucesos, una dama de ensueño nos puede hacer olvidar todo lo malo. Me ha gustado amigo Stephan. Un abrazo. Paco.

 

Extraña es la forma en que expresamos los deseos: jugando al despiste. Hay veces, que de tan enrevesada, no hay forma de pillar la indirecta.