Madre

Madre,
todas las cosas que hablamos en el laberinto
ha sido realizadas cada vez que concluimos
la venas con el cuchillo.

No te voy a negar
que me encanta cuando me tomas del rostro
y me aprietas la cara como cuando era un niño,
pero ya soy el secuoya alto
que creció después de tu último recuerdo infinito.

Madre,
te tengo sin tenerte.
Eres tú pero no está tu mente
Perdida te confundiste
entre la juventud de los años
y un mundo que tus ojos ven diferente.

Si pudiera entrar en tu mundo y comprenderte...
Madre:
¡Te quiero tanto!
Por favor,
¡Vuelve!
​

 

Triste poema Elik, tal vez ella sí te comprenda, el amor penetra cualquier materia y se refleja. Un abrazo amigo.

 

Un poema muy triste con un deseo de volver a sentir el amor de tu madre.
Buenos versos.

Un besito.