Maestra Vida

Me guiaste sobre grandes espinas,
sobre lazos de la muerte querida.
Oí tus pasos en sombrías esquinas,
los momentos mas duros de mi vida...
y con sutíles virtudes felinas
me enseñaste a encontrar la salida.
aprendí que no existe mal destino
si no mal recorrido del camino.

Celebraste mis derrotas con vino
mirando en ellas las ocultas glorias,
brindando por las recientes victorias,
las que despreciaba con desatino.

Me gritaste: ¡di no a la fé perdida!
¡que bien me enseñaste,Maestra Vida!
​

 

Una de las mayores enseñanzas que hay en esta vida. Ya no lo decía el señor Benedetti: "La perfección es una pulida colección de errores". Pues de cada error, se aprende. De cada caída, uno se hace más fuerte.

Tu poema predica una gran verdad que, como bien explicas, solo nos la puede enseñar la maestra vida.


La mayor parte de mi poesía, aunque autobiográfica, gira en torno a esta temática.

Un saludo te mando estrellas.

 

En la universidad de la vida vivida.
Buen poema.
Saludos y abrazos.

 

Así es amigo mío,se aprende de los errores,como dicen acá "los juegos de los que más se aprende son de los que se pierde".
Saludos,es un verdadero placer tenerte entre mis letras,espero poder toparme con las tuyas...