Marítimo y sereno. Soneto.

Sereno, de la mar tomo prestado
la sal que con el viento me motea,
el ritmo musical de la marea
que estalla contra aquel acantilado.

Marítima ocasión de ver alzado
el mágico poder que me rodea;
el agua con las rocas se recrea
jugando con el cielo iluminado.

Azules como el mar llegan albores
-ardientes como el brillo que más brilla-
envueltos en magníficos colores.

Sereno miro el mar...¡Qué maravilla!
y vuelvo a la niñez de mis amores,
y vuelo a reencontrarme por su orilla.