Me siento como una piedra escuchando mis venas por debajo de la ciudad.

Quisiera tu ayuda,
sé que soy una zapatilla,
sé que mis interiores
se están escapando por mi exterior,
que mis días jóvenes,
cuando vivía mi cover de de tu vida,
ahora son aromas de paja quemada sobre la miel.
Necesito tu ayuda,
quisiera que me vieras aquí,
recostada escribiendo esto
y me dieras una oportunidad,
sin libros negros que me nieguen,
sin vías de trenes que me desconozcan,
sin católicos en el cielo, evangélicos en la tele
y testigos de su propio crimen hablándome del mío.
Estoy en un agujero y necesito tu ayuda,
llévate los atardeceres,
de todos modos el smoke no me deja verlos,
quítame la esperanza
y enséñame a vencer la desesperanza,
retírame los arboles y el avance
de la sociedad postmoderna,
los tarados que todas las chicas conocemos,
porque todas la chicas conocemos un tarado,
solo necesito un soplido en el Hotmail,
el correo de J.K. Rowling o el de Lizzy Grant,
sé que mis formas me desconocen ante tus estándares,
me siento como una piedra
escuchando mis venas
como agua sucia por debajo de la ciudad,
mis amigos son la sal de mis llagas,
el sol, tu sol, me abraza inclinando mi cabeza
sobre las grises grietas
de mi parte de Satanás,
me quieres y me amas tanto,
que me veras sufrir,
para que al final cuando muera,
no vuelva a ti,
un montón de fe,
un montón de tristeza,
sé que no me perdonas la crema aclaradora,
el gloss, el urban chick entre las piernas,
la sombra de luna sobre las uñas.
Estoy en un agujero y necesito tu ayuda,
no para entender, sino para salir,
porque el tiempo pasa igual allá afuera,…
que aquí.​