Me tocan, me dan caricias y se van

¿Qué hago aquí o acá?
Sin un billete en la mano,
me dan el beso de Judas
o el de la rata
y me piden perdón,
voy viendo el cristal
al parpadear sin soñar,
una muñeca en un lugar
que no es ningún lugar,
a partir de esta acera empieza
el barrio conflictivo,
me dan caricias, me tocan
y se van con el aire,
sin arena de camino en la palma,
¿qué hago allí o allá?
El cielo me empuja y ya nada está.

 

Samaritana, tu destino es
querer sin respuestas,
hablar al viento.
Tu oídos acariciados
por despedidas continuas
contienen los ecos
de amores insatisfechos.
Tu pecho reboza
sobre el escote generoso
un corazón apaleado
por realidades ajenas.
Acepta un trago
te pido compañía
para mojar las gargantas
con algo más que lágrimas.
La noche se cierra
cuando las puertas se abren
cuando de las sábanas cuelgan
inútiles suspiros.

(No me hagas caso. Se me soltó la bestia y se adueñó del teclado).

Besis de ida.