Memorias del ebanista y el roble

Remodelas la fachada de mi frente
nunca fuiste un buen carpintero
agarras torpemente mi tronco
aun áspero y agrietado
no te preocupes cariño
pase ya por el otoño
e incluso alguna primavera
nunca supe aguantar sin que
el viento estremezca mis delgadas venas
derrame de resina me han dicho
tal vez el próximo año florezca


Un árbol vive cien vidas
todas ellas como portador de historias
viven en mi noveinta y nueve
brotan de las raíces nuevas
siempre quisiste amarme
no te preocupes cariño
contaré como fueron los hechos
memorias del ebanista y el roble seco
talladas meticulosamente del ensueño


Esculpe de nuevo mis muñecas
retórnalas de las astillas
y no te preocupes cariño
nada es tan incómodo
como la carencia de una estrella
que te guíe y te recoja
en mitad de la tormenta


Cuando acabes sin fuerza
en la yema de los dedos
y recurras a otro tipo de cinceles
que no sean los nuestros
recuerda que me aprendiste en pulgadas
en cada corte en mi corteza
y no te preocupes cariño
la oscuridad regresa
hilando sobre mi copa
el dulce manto
de perenne entereza