Mi amada muerte

Bella dama frente a mi sentada
tan oscura y taciturna como la noche
fría y solitaria clamas mi nombre
entre llanto, lujuria y deseo.

Busco tu cuerpo perfecto
que ahora visita mi lecho
pasión y lujuria se unen
una vez más al carruaje de la oscuridad
donde nuestras esencias
se enlazan para formar
un licor más amargo
que la amargura que ronda tu rostro.

Lloras, grito, sonrío, enloqueces
y en el clímax de mi existencia
entrego dulce néctar a tu piel.

Trazos plateados perfectos
introduzco en el suave pétalo de tu piel
y con ira y sangre escribo.

“Su cuerpo pálido
yace una vez más sobre mi lecho
y sus labios rojos
ahora se funden con el rojo líquido
que brota de su cuerpo.

La oscuridad de sus ojos,
penetra mi alma, y las ánimas
enjugan una vez más mis lágrimas
que caen sobre la blancura absoluta de su piel.

Mi alma junto a la suya
una vez más, y las esencias
juegan nuevamente al amor
donde los amantes que ahora
sombras son, se pierden
en los tropiezos de mi existencia.

Llanto, lujuria y deseo
cabalgan juntas como amigas inseparables
y mi alma aunque muerta
busca a la suya que acaba de morir”.

 

La muerte
no duele,
es una sonrisa
de irónia,
para nosotros,
una compañera inevitable,
el final no lo entendí bien,
pero lo ví así, el morir
es un ciclo,
para que coexistir
si es mejor sólo no estar.
un gusto,
Bienvenida.
​

 

Muy bueno, te felicito

 

amiga claris me gusto leerte de nuevo ... un excelente poema con tintes de Poe...
un lujo.
un saludo

 

yo justo pensaba en ella y la amaba, pensaba en ella pero no se hacia presente. la invocaba pero no venía a tomar el té a mi cepelio.
un placer señorita
ius

 

Así nos sucederá a todos.... buen poema.

Un abrazo

 

gracias por sus comentarios poetas