Mi interior (por domesticar)

uno de mis ojos se volvió líquido
se fue deslizando sin caparazón
desde su cuenca hacia dentro
y pude observarme mientras caía

marcado en mi interior por su estela
llevo un guadalquivir desbordado
de la cabeza hasta el suelo
donde bajan a beber los animales
que todavía pueblan mi esqueleto

estos huesos furtivamente pintados
(como el campo cuando lanza sus colores
desperdigados y solitarios)
los han querido despintar a dos manos
pero un dolor mío separa sus flores
si se las intentan llevar en un ramo

es fuera de mí
es tan sólo ahí fuera
cuando una nube inmensa me suelta su cárcel
es ahí cuando descarga sus barrotes de agua rota
y un cardumen de gotas inmortales
me fusila con lluvia y me derrota



ojos que ven la realidad
enterrada bajo la piel
ese fue nuestro secreto

 

Es un bello y profundo poema.
Grato leerte. Feliz 2014!

 

Hola, Mano. Es un excelente poema, sostenido en una idea muy original, de las que brota ideas existenciales a lo largo de los versos. Una alegoría de la decepción en todo su esplendor. De los mejores que te he leído, amigo. Metáforas, imágenes verbo y profundidad se unen para recuperar la identidad diluida en pesares.

 

Original y fantástico este viaje hacia lo más profundo. Me ha encantado!!!

Felicidades!

Palmira

 

Sensibilidad, entrega, creatividad en esta extrordinaria obra de poesía. Ovación cerrada. RJL