Mi padre el pez y yo.

El domingo fui de pesca con mi padre,
era temprano el sol aún se estaba desperezando,
las hierbas y flores llorosas,
la niebla al compás del viento bailaba.
las ultimas sombras corrían presurosas,
el sol las perseguía con saña.

Tenía frío y me me arrebujé en la manta,
me acurruqué a mi padre y esperé:

A que la niebla huyera,
a que el frío calentara,
a que le viento se durmiera,
a que las hierbas se secaran.

Me despertó el temblequeo de la caña,
tiré con fuerza y prendido venía un pez,
un pez precioso y colorido,
que me miro con ojos tristes,
y me habló ...

Si me habló, y que sepáis que hay peces que hablan,
ustedes allá si no me creéis pero así es.

Y me dijo con voz cantarina,
"niño yo tengo padre y madre como tú",
"me buscarán y llorarán por mí"
"y yo que respiro agua entre tus manos moriré",
"liberame en el río donde nací".

Y entonces sin decir nada lo solté en el agua,
y se volvió y me sonrío.

Así que ahora tengo un pez que es mi amigo.

 

Buen alegato para no pescar. Saludos y buen día Tarugus.