Migas y un compás

MIGAS Y UN COMPÁS
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A la nieve del sol que respira le sobran los lagartos, al igual que a tu indiferencia le sobra superficie.

Hundo un rastrillo en el césped de mi vecina cada vez que decoro mi armario con una nueva caja de zapatillas.

Para qué servirá, me pregunto, ordeñar leche hervida, si bebes de mis cicatrices.

Me quemo como un témpano, no sé nada de amor cuando lo razono.

Y cuando lo expreso me salen tímpanos de la garganta.

Dime a quién alude, a quién evoca, a quién invoca mi infancia perdida.

Quizá sea otro yo el que te sopla en las uñas, y la verdad haya muerto y trascendido ya, a cuerpo vencido.

En una cripta aprendí criptografía, y a plena luz del día a qué saben las lenguas.

Los que al atardecer llegan temprano son los impacientes.

Introduzco una moneda en el telescopio, el único que existe.
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Porque para la luna no existen los mirones.
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Si estuvieras prohibida, o cohibida, serías como ella.
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Pero me fijo en ti, y luego en mí, y en nuestra densa atmósfera, y me digo que vale más escalar diez kilómetros con tu amor a la espalda que quererte solo para compartir pescado y carne, como quien alimenta un estanque sin patos,
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y observa su reflejo
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y solo ve agua
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solo ve agua
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solo agua
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y el agua no le ve…
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¿¿¿¿¿Por qué, si me reflejas?????
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