Mil rayas

Todo este tiempo lejos de su mano, se me ha vuelto difuso, incluso esperar a la primavera ya se me ha vuelto un laberinto, y para cuando encuentro el color de las flores, de las mariposas, todo se rompe sin decir nada, todo se vuelve efímero.




Y serán algún día mis sueños son fuegos artificiales, serán para que exploten en el cielo y lo llene de colores, para que tu los veas desde cualquier parte.





Nunca dejaré tu mano, porque los recuerdos se encienden como una vela que quema la llema de un dedo, lentamente, siento ese dolor...




Más allá, eso espero, tener cerca una vía de escape, la puerta de salida del mundo y dejar a ese cuerpo abandonado, que nunca despierte, que sueñe permanentemente con la palabra, muerte, y que descanse en paz si puede.




Pero cada vez que cierro los ojos, una mano viva me agarra, y estrangula mis dudas, sin embargo al despertar, no me siento mejor, la pupila de mi ojo siente el peso real de tu recuerdo, un mundo triste através de él, sin sol justo debajo de un volcán apunto de estallar, y es la perdida total de la cordura un manojo de arena en mis manos, en este puto desierto.

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