Modorra

Las ortigas han crecido en verano,
y las lánguidas mariposas vuelan
como si fueran sin rumbo por el jardín,
igual que hoy están mis pesares.

Llora el laurel encimo de las dalias,
se despide el verano con tormentas,
las tardes oscuras piden calor
y siestas largas en el sofá verde.

El canto de los suspiros me abraza
rodeándome de ritmo y dulzura
que embelesan mis sentimientos ahora.

Paso la tarde, húmeda y callada,
mi cuerpo se resiste a estar de pies,
tiré de la manta, sigo el sueño.

 

Nostálgico paralelismo que representa el
constante fluir de las estaciones y nuestros
declive físico y emocional.
Todo mejorará . Son solo ciclos que vienen y van.
Un placer leer .
Saludo

 

Cierto, son ciclos que bien y van, y al escribirlos, parece que se evapora en gran parte la melancolía. Un placer recibir tus letras, Marlene