Muertes, destinos y rosas.

Muertes, destinos y rosas.

Somos horas,
destinos contados,
como hojas que bañan las calles en otoño
y el otoño es este mundo,
soñado y vespertino,
añoranzas de las uñas que se come el momento
que siempre encadenado anda a las flores de un destino
y dejará la escencia de miles de cadáveres de cada una de tus inocencias.

Y como triste,
de alguna manera triste,
escojimos una de las tantas facetas en nuestro crecer
el pibe que retumba y refunfuña en nuestra jaula blanca a la que llamamos alma
ese mirar perfecto que retrata como espejo nuestro presente
y lloramos,
sí.

-Lloramos-

Terminante en las miradas de párpados cerrados,
huimos de esta tierra,
como cuervos negros,
a un baño de blancura y pureza
como una nube piadosa que se sacrifica con la lluvia
y limpia nuestros pecados.
Como fuego que no arde,
que consume nuestras arrugas y nuestros miedos.

Siempre creí que toda vida tiene un retorno,
que las palomas se llevan los huesos y se los tragan,
fusionándolos con sus alas, que se extienden inmensas e intocables
para volar a cada respectivo mar lleno de las lágrimas del que llora a uno
y ahí se abalanzan al placer de ahogarse entre ellas
para desaparecer entre la espuma y regresar en una ola a cada grano de arena
que se incrusta en cada poro de un cuerpo,
y que ahí está.
Mínimo,
pero tan vivo, tan vivo.​

 

Si lo leen escuchando la Marcha Fúnebre, sentiran lo que siento, creanme, vale la pena.

 

Excelentes versos, bravo poeta. Recurrí a Chopin y su Marcha fúnebre al leerlos.
Un abrazo y todas las estrellas,:::hug:::

 

UN TANTO NOSTALGICO
UN GUSTO PASAR POR TUS LINEAS


HADITA​