Mutilando pesares

Lloraba y mutilaba mis pesares
con una hoja de terciopelo, tan afilada
y tan dulce que ni mi dolor aguantaba
su existencia implorando el cese
de tan extravagante placer epistemológico.

Olvidé que el tiempo es de nácar
y las agujas sólo marcan las hendiduras del cuerpo
del vacío, dejando un sendero de cicatrices etéreas.

El suelo cae sobre mi inocua desesperación,
voy siguiendo el cadáver con una sólida canción.
Confundo pensamientos con sensaciones.
¿Cuándo admitiré que mi muerte ha fallecido
en los brazos de la victoria?

 

quién es la de la foto de perfil?

 

Es la obra llamada Magdalena de Julio Romero de Torres

 

Ah, gracias. Saludos.

 

Muchísimas gracias de verdad.
Un saludo y un abrazo.

 

Cuando el camino al corazón se vuelve tundra helada nuestro cuerpo congela la agonía en el alma y simplemente respira muerto en vida. ¡Hermoso poema! Un placer disfrutar de su exquisita poesía, dark-maiden, reciba la más cordial felicitación y saludo.

 

Aquí es donde reside la verdadera esencia de la poesía, en la transmisión de sentimientos que se convierten en arte, al tiempo que el lector deja que los versos vayan penetrando en su alma.
Muchísimas gracias de nuevo.
Un saludo.

 

Muchas gracias Daniel.
El placer es mío al ver que te ha llegado mi poema.
Un saludo