Nadia

Tú, con linaje de vicuñas paradas,
y velo de azahares,
colosal tributo a dios eres,
con las ramas del Edén en tus guirnaldas.

Tú, Mère Lune novia de reyes,
y concuña de auroras,
tu mirada es de perlas bendecidas,
así por eso es, suspiro hacia ojos de seres.

Tú, que cuyo nombre se merece,
dignidad y el renombre,
lo bello, lo que crece y se engrandece.

Y tú Nadia, que en tu mirada se transpiran las auroras y galaxias.
Que en un suspiro tuyo, se inhalan las fragancias de primaveras.
Y que tu sonrisa, es el destello en el que se miran tus alas blancas
de oro…

 

Una preciosidad magnífica, sorprendente belleza divina.