No me rozan los buitres sus olas, su grito ciego

En la cima del mundo
Veo dos hombres
Desplegando raíces
Veo un corazón de cristal abatido
Veo el sol capturando la luna
Veo piedras preciosas
Adornando un velo tuerto
Veo una mujer, sus nubes tristes
el fulgor de sus ojos
La suave apariencia de sus gemidos
La profundidad de sus piernas
El color de su vientre.

Veo todo eso en la cima del mundo
Tormentas de hielo seco de pasto frió
Calles que se esconden
Almas que se fugan
Veo la simple belleza de los lirios
El doloroso andar de los viejos
Huelo todas las hierbas
Las fosas abiertas
Veo el parto prematuro de las drogas
Y la muerte prematura de las rosas
Veo más de lo que quiero ver
En cada uno de los mares
Sobre las copas de los árboles
Bajo los mudos cimientos

Tatué todos los montes
Respire todos los cielos
Bebí todos los ríos

Ahora soy un alma errante
No me rozan los buitres sus olas, su grito ciego.

 

Hermoso poema...

Muy bien ser un errante, ser libre de las falacias del mundo y no ser juguete de nada ni de nadie... Interesante que toquéis el punto "Veo", lo que denota esa caracteristica de la observación que es muy importante...

La percepción del mundo tal como es, es una tarea para escapar de las ilusiones... No quiero ser fatalista ni realista con esto, solo me refiero que el mundo es un hermoso hogar, cuando somos realmente libres...

Gusto leerte Carlos!

 

Buen poema. Un placer leerte.

Max

 

Tiene fuerza, un listado de momentos insignes que para mucho son imperceptibles, es como abrirle un libro a la vida en los instantes en que el resto del mundo calla ...

me gusto. un abrazo compatriota =P!