No tuve más opción que andar conmigo. Soneto.

No tuve más opción que andar certero
metido en mis zapatos de colores;
pasaban a mi lado corredores
corriendo para así llegar primero.

No tuve más opción que ser velero
perdido en alta mar y sin motores;
los buques me pasaban retadores
marcándose en mi piel su duro acero.

No quiero competir contra el abismo
ganándome y perdiendo la partida,
sufriendo por seguir siendo yo mismo...

No tuve más opción ni más salida
que hacer del corazón mi catecismo
siguiendo su latido por la Vida.

 

Un soneto muy hermoso, mis estrellas.

 

Muchas gracias, Ludmila. Me encanta que te guste. Agradecido.