No...

Y con el sol de la mañana,
tras las cortinas se vislumbra un nuevo día,
palpo con cuidado el hueco ausente del colchón,
y concluyo: has huido...


Te has escapado,
has corrido a resguardarte no sé en qué brazos,
no sé en qué sitios,
no te he vuelto a ver.


La claridad me muestra vacío,
no te busco ni quiero encontrarte,
no te interrogo ni espero respuestas,
simplemente: te dejo ir.


Nadie pregunta ni se atreve a descubrir,
la tierra en su bucle infinito se ha tragado tu preséncia,
no llevo tu sombra colgada de mi brazo,
no me queda nada de ti.


Y sin embargo este fogonazo de luz impertinente
anuncia otro amanecer,
otro más,
con la secuela prediseñada de otro desamor.


Apunto en la lista tu nombre,
apunto en mi piel tu recuerdo,
revivo instantes,
borro palabras.


No me importa a donde vayas,
no me importa quién te acompañe,
en realidad, no me importas,
pero sin querer: te echo de menos.


Quería que te esfumaras,
que arrancaras de mi el deseo,
que dejarás mi alma libre de ti,
que corrieras a esconderte.


Deseaba todas las noches que fueran la última,
anhelaba palpitante que alguien me rescatara de ti,
quería despertar,
y cuando al fin te has ido: quiero volverte a ver.


Contemplarte en la semioscuridad de tu habitación,
deleitarme con el suave tacto de tu piel,
ansiarte, respirarte, devorarte,
fundirme en ti.


Y aun y con todo: no saldré a buscarte.

 

... la tristeza es la mejor creadora de vida... Precioso poema Silencio. Gracias por la lectura.

Saludos