Noche sin alba...

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Noche sin alba



Clamó el corazón desesperado,
abandonado en el hondo infinito,
lagrimoso, en su dolor umbrío.
Escarchó de angustia el desencuentro,
hielo presuroso cristalizó su sangre
y apretujo el alma ya chamuscada.
Palpitos de voces suicidas cantaron,
dolientes en lo profundo,
al candor perdido en el recuerdo.
Espinas de esa rosa solo quedaron,
injertas en carnes magulladas,
cual lanzas,
que con su peso mas desangran.
Invierno interminable, noche eterna,
ojos tristes agobiados en llanto,
dilatados en fatal penumbra,
cegaron derredores y torcieron,
hacia proyecciones extasiadas...
...Mas el tiempo hizo cuenta propia
y ofusco tales ardores,
pero borrarlos mas no pudo,
el helado infierno oscuro
de la atormentada esencia,
volviese tan rígido que perduró,
mas allá de resistencia alguna...
...Vanas fueron mis noches,
consumidas en bocanadas profusas,
encerradas en líneas de negro tinte,
plasmadas en carbonilla
y en olvidadizo alcohol ahogadas.
Hicieron opacos los días,
no recordados como tales,
solo una noche sin alba futura.
Mordido pellejo sin bestias,
ya pálido cuerpo de ojos negros,
huesudas manos traqueteantes,
sin soledad que consuele
y un vacío imperceptible.
Casi un sueño ajeno de tormento,
en desolación toda y un muerto en vida,
germinando eternal muerte, la conclusa.
...Pero asiduamente, caprichoso el destino,
dispuesto siempre a exacerbarle al desdichado,
presenta el sarcasmo en toda esquina.
...Y tú....
Refulgiste el horizonte en cruzada nueva,
luminiscencia confusa,
mas no despuntó la aurora,
cual lucero en morada de los astros,
resaltaste en lobreguez tu mirada urania.
Mis pupilas aun dilatadas, no listas
para embestida tal, dolieron cual saetas
y el oprimido hielo amargo resquebrajar negó.
Corazón no exaltado,
aunque los suspiros confusos excitación resaltaron.
Incertidumbre reina en esta corroída mente nocturnal...
...Cual razones trae tu semblante
a mi tristeza sepulcral?
...En que desdicha nueva, hundirás la esperanza
del estacado espíritu de este mortal?...
Pavesas de escozor refulgente,
desprenden de tu esencia,
que no derrite el agrio hielo,
impenetrable averno interno,
,mazmorra del deseo,
no sucumbe al fuego de la pasión.
Mas el alma, reo exacerbado,
entre gélidos barrotes, los sacude,
ansias de libertad abarrotada,
espesura nívea de frigidez desconsolada,
de ultrajante lobreguez resignada.
Desdeñosa mente indecisa,
que no cae en razonar conciso,
mientras por dentro en ansiedad es devorada ...
...Y el amanecer no llega,
iluminado a lo lejos por tu lumbre
a quien llegar no decido...
...Esperare la muerte dulce,
para no volver a tu amor esquivo... [/center:eee5b4617f]