Nuestra historia de la luna

La luna aurora
melancólica de fastidio me entendía,
y tú con la sombra lejana
ni siquiera mis silencios compartías.

Entiéndeme,
sólo hay derechos
en nuestras leyes que gobiernan los sentido.
Pero por más que intento,
el cuento que inventamos en nuestra piel
no tiene tiempo.

Y tú
dedicada a finalizar
la luna amiga que de melancolías me regaló
su único silencio.

Huyendo de este encanto,
andas rodando con el mismo que te quiso hace un tiempo.

Y él jamás comprenderá
como es,
amar y el alma en un segundo entregar.

Y él nunca con la luna podrá hablar
como te enseñe a ti
y así
descubrir cómo en ella hacerte cantar.

Y él
su brillo no te dará.
Su brillo no está.
Te vas con él a su cuento.
Nuestra historia de la luna
quieres acabar.
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