Ocaso

Palidecía la tarde cayendo sobre su ocaso,
desde mi portal veía como se posaba el
sol en las montañas como una moneda que
se lanza sobre las oscuras aguas nocturnas.

Momento ese del crepúsculo cuando el alma
mas te invoca con el natural matiz rojizo de
la tarde, cuando mi señora oscuridad ha de
cubrirlo todo.

Yo que te quiero y arde en amor el viejo
libro que suelo tomar en las tarde para
escribirle a tu retrato, tu estas allá taciturna
ave mía de ansiedad.

A veces ríes estrepitosa, a veces callas con una
paz de cementerio, sollozas de repente y te susurro
al oído: “eres cambiante amada mía, cambiante como
las olas con los influjos caprichosos de la luna”.

Te me alejas, te escondes en el regazo de mi señora
oscuridad, allá, lejos, austera donde mis oraciones
no pueden alcanzarte, yo solo observo, soy ave de
claridad y en las noches no vuelo.

Amo el ocaso que tiñe los cerros, Desde mi portal
se posa el alma para bañarse con El rojizo intenso de
un ocaso que se aferra a su tarde, tal como yo
me aferro a tu recuerdo.

F A R E

 

Buenisima Compocision. Felicitaciones Un Fuerte Abrazo

 

Alguna noche solitaria intentando escribir
mirando el índigo abierto, en su bello añil
el viento rodó mis lágrimas.
Que por fortaleza no llore, solo te escribí.

Un verdadero honor leerte en esta magnifica puesta poética, de versos conquistando miradas tiernas y endulzando almas.

 

Muy bonitas estas letras. Te felicito, poeta.

 

Bien escrito y bien logrado, salvo dos pequeños errores ortográficos (faltas de tildes).
Muy buen poema.

 

En el crepúsculo...cuando el alma mas te invoca
el momento justo para
escribir poeta
bien lograda obra

un gusto leerte

HADITA​

 

Boeno tú, buenas metáforas, e imágenes muy creativas las que hilaste en tu poema. Un gusto pasar,
Saludos.