“Oda al Ron”

Te deslizas en cause de río, por tus cristalinos pasillos,
No eres permitido en ningún tipo de conventillo;
Entrega tu cuerpo que es infinito,
Y hazme saciar la sed a tu ritmo.

Ábreme el paso a la nueva realidad,
Que provocas con tu inmortalidad,
Trasforma mi sangre, con tu agua bendita,
Y padeceré yo una locura infinita.

¡OH! Como arde tu investidura,
Me provoca placer con su amargura,
Cuan momentánea es la locura,
La desearía eterna, aunque se que no es la cura…

Permíteme saciarme,
Y haz de mí crecer lloviendo tus súbditos domables,
Tú que con tu aroma me olvidas,
Y yo que con tus besos, ¡me entrego a ti bebida!

Senténciame a cadena perpetua,
Pues seré tú sombra más antigua,
¡No me llenes de intriga!
Déjame ser más que tu amiga.

Dulce veneno futurista,
Has hecho de lo floreciente y lo añejo,
Tus esclavos despreciables,
Con tu vicioso sentir te has convertido en marfil;
Que difícil vencerte,
Pues eres inverosímil,
Es que no puedo convencerme,
¡OH! como aceptarlo dios irónicamente inocuo;
Tú quieres quebrantar la paz del entorno;
En dueño del mundo te convertirías,
Pues ahora eres mi agonía,
Despertaré con tu aroma impregnado en la boca,
Contigo en mis brazos, que casi me ahogas;
Espérame servido en la copa,
Y nuevamente en la noche, serás mi soga.