Oí que me odias

Deja que piensen que no te caigo bien,
en la calle somos sólo un par de extraños,
en la intimidad, mi boca es tu rehén,
un par de peces nadando con las manos.

Me encanta esa mirada tuya cuando me mencionas,
haciendo estragos con mi nombre y con burla,
en cambio cuando estamos solos me emocionas
y me das clases de manejo entre tus curvas.

Si puedes, miéntame la madre en vivo
para que suene más real que me odias,
y cuando apagues la luz y me tengas comido
te nomino a mejor actriz y te doy el Óscar.

Frutas, nuestros cuerpos son como frutas de temporada,
recién puestas y a la orden para el banquete,
susurras algo despacio, contestando esa llamada
y cuentas que tienes clases de yoga, de cinco a siete.

Me odias delante de todos,
yo ni hago esfuerzo por dirigirte la mirada,
comienzan a hablar de mí y cierras los ojos,
mojas tus labios y tu frente está sudada.

Ayer te escuché decir que me odias a muerte,
que ni siquiera soportas el saludarme
y ahora estamos aquí de frente,
solos, riendo de los idiotas que no te ven desnudarme.

 

Del odio al amor solo hay un paso, dicen...
Un excelente poema nos comparte grato recorrer su espacio saludos!!

 

Muchas gracias por tu linda visita. Saludos. Un placer recibirte por acá.

 

Un juego muy interesante y que desde luego resulta un gran incentivo para mantener
siempre vivo ese amor, no hay como una intriga para estimular el sentimiento. Me gustó
mucho leerte Rob, no vengo a menudo ahora, pero siempre estoy pendiente de todos.
Besitos cariñosos vuelen a tus mejillas.

 

Pues así es. Saludos. Un placer recibirte por acá.