Paisajes de la Guerra

La casita blanqueada con cal de los caminos
la destrozo una tarde la granada del odio.
El tablon de legumbres, la noria y el molino
cayeron bajo el peso de Atilas maldecidos.

El mal entro a los campos consumiendo trigales, y el tableteo infame de
metrallas malditas asesino las eras,
donde el sol a raudales doraba los maizales
con lagrimas benditas.

Se ven por los caminos caravanas silentes
de mujeres, ancianos y ninos sorprendidos
de encontrarse de nuevo
con la Vida y la Muerte,
por todos los senderos que conduce el destino...


La madre busca al nino, la novia al bien querido;
un pobre viejo entierra, reprimiendo sollozos, sus ansias y sus angustias:
el cuerpo de su hijo,
que hoy cubre su tristeza y manana los abrojos.


Huyen por las llanuras cual fieras perseguidas, ocultando sus cuerpos a los
monstruos alados,
y esos hombres vencidos a la tierra querida
le piden que proteja su condicion de humanos


Ya que el cielo iracundo vomita su metralla,
y la muerte implacable va segando sus vidas,
ya que el odio y la sangre de los cielos estalla, a la tierra ellos piden su ventura perdida.



El crepusculo por el camino inmenso,
cuerpos abandonados sin tumba y sin laurel,
y la cruz de sus brazos en un gesto tremendo
parece que pididera resignacion y fe...

 

Esta poesía es realmente grandiosa. Es más que un cuadro o una pintura de palabras...¡es una representación viva del dolor que deja la guerra!.Te felicito.Un abrazo.