Para que no se ilusione el amor

Te vas justo cuando comenzaba a enamorarme,
cuando empezaba a entender el amanacer
y las huellas en el piso trataban de guiarme
a los rincones prohibidos que guardas tan bien.

Te vas y yo creyendo que íbamos en serio,
yo pensando que creías en el amor
sin querer darme cuenta que un cementerio
se iba formando entre los dos.

Ya no innovamos, nos quedamos en el siglo veinte,
apenas empezando, no creas que avanzado el mismo,
cuando el blanco y negro estaban en la mente
dominando el mundo con su amplio colorido.

Antes me preocupaban tantas cosas que ni te imaginas,
aunque siempre he sido un tipo de pocas sonrisas
me preocupaban los días sin noche que aun así amanecían,
y yo lograba pensarte incluso en las misas.

La imagen no cambia los pensares,
ni que sientas que todavía te escribo, lo hace así,
tal vez cambian los perfumes en mi aire
y no tengo el detalle de confesártelo a ti.

No esperes que inaugure un show subiendo fotos tuyas
porque me las mandas y no tengo el deseo de descargarlas,
me hablan del amor y es un sentimiento para las ayunas
tan vacío y tan funesto como las caras largas.

A estas alturas si sale un beso no le miro el envoltorio
y luego enjuago mi boca para no guardar el sabor,
si aparece un colchón lo sumo al repertorio
y luego bloqueo el número para que no se ilusione el amor.

 

Estimado amigo, paso por tus letras y dejo mi aprecio en un abrazo fraterno , muy buen poema nos regalas

 

Muchas gracias por tu visita. Saludos. Un placer recibirte por acá.