Pasado, presente

Pasado, presente

Dejé los cigarrillos,
el último lo estampé en un
cenicero de madera
con bajorrelieve de Arequipa;
apenas recuerdo ese viaje,
apenas tengo memoria
de cuando tenía veinte años.

No importa si el tiempo
pasa entre las venas y los dedos,
si la familia muta,
y el niño es adolescente, y luego, adulto,
si dejaste de ser el chico
que ibas por las cajas de cerveza
con los primos,
a ser el que sacar el billete de veinte
y dices está es mía.

Ya no hay clásicos de fútbol
de U y Alianza,
de los de fonda y tribuna,
de los de olores a cebolla picada
y crema de huancaína,
y es donde veías a tu tío muy joven,
y a tu padre también,
igual a tu abuelo.

Ya nadie está y es cierto
nadie ocupará sus puestos,
pero este escrito no es uno melancólico,
no no, es dejar presencia
en las hojas que revolotean en el viento,
que hay nuevos miembros,
que las risas también son buenas,
que el fresco del césped
es intenso;
y celebras con una botella de vino,
y sin darte cuenta
ya tienes trabajo, mujer y una vida,
y te sientes tan bien.

 

Memorias que iluminan el corazón y experiencias que siguen tatuando sonrisas y suspiros...bello y pleno sentir entre tus versos amigo...
Un gusto leerte...espero te encuentres bien de salud tú y los tuyos...
Te abrazo con todo mi cariño...
Nancy