1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Perro amor o amor de perros

Tema en 'Prosa: Filosóficos, existencialistas y/o vitales' comenzado por Jose Anibal Ortiz Lozada, 22 de Agosto de 2025 a las 10:05 AM. Respuestas: 0 | Visitas: 26

  1. Jose Anibal Ortiz Lozada

    Jose Anibal Ortiz Lozada Poeta adicto al portal

    Se incorporó:
    6 de Mayo de 2024
    Mensajes:
    1.218
    Me gusta recibidos:
    1.595
    Género:
    Hombre
    Al principio no lo noté. Era un amor como cualquiera: jadeante, impaciente, con las orejas paradas al menor ruido. Decía tu nombre como quien silba a un perro en la distancia, y yo acudía, moviendo la cola de mi obediencia, con la ilusión de que en tu mano hubiera pan y no cadena.

    Pero pronto entendí que el perro no eras tú, tampoco yo, sino ese amor que se nos colaba bajo la piel, oliéndonos, buscándonos como carroñero en la basura de las caricias. El perro se echaba entre nosotros en la cama, ocupaba más espacio que tu cuerpo y el mío juntos, y a la madrugada me mordía los tobillos cuando quería escaparme.

    Amor de perros: gruñidos en medio de la noche, celos como mordeduras que dejan marca, esa lengua áspera que cura y lastima al mismo tiempo. Nos fuimos acostumbrando a la baba, al olor húmedo de lo inevitable. Alguien decía “te amo” y el perro ladraba, reclamando su hueso de mentira.

    Un día descubrí que ya no sabía si te besaba o te olfateaba, si me abrazabas o me sujetabas con la correa invisible que se enredaba en mi cuello. Nos habíamos vuelto perros los dos, corriendo en círculos, jadeando tras una pelota que nunca lanzamos.

    Y lo más irónico, lo más cortazariano de todo, es que nos gustaba. Nos excitaba el rasguño, nos hacía sentir vivos la mordida en la carne, ese desgarrón de piel que probaba que aún había sangre bajo tanto cansancio. No era amor limpio, era perro amor: hambre disfrazada de ternura, celo vestido de fidelidad.

    Quizás todos los amores terminan así: ladrando en la puerta de alguien que ya no abre, lamiendo un recuerdo como hueso seco, durmiendo a medias con un ojo abierto, por si vuelve.

    Y al final no queda claro si uno fue amo, perro o simplemente carne que se dejó morder.
     
    #1

Comparte esta página