Pintura, más pintura. Soneto.

Pinté de humanidad la sed que canto
mojando en agua clara mi desierto,
dejé mi desazón al descubierto
por no ocultarla más bajo mi manto.

Probé no andar en mí perverso y santo
buscándome en la faz de cada muerto;
probé dejarme el alma a cielo abierto
por verla amanecer de tanto en tanto.

Pinté celeste claro al torvo día
cambiándole el dolor y el desafecto
con ganas de impregnarme de alegría...

Me puse más color, cambié mi aspecto,
andando un poco más, más todavía,
cubriéndome de versos el trayecto.

 

Hermano, ante todo un saludo caluroso, me place visitarte y leer tu soneto . Continua pintando con versos hermosos.
Un abrazo

 

Hermoso, precioso, muy bello, un perfecto poema.

 

Excelente muestra de expresividad, estimado Maktú,
este positivo soneto, donde la voluntad de mejorar la vida, te hace renovarla cada día,
ser más abierto, sincero y alegre,
aportando lo tuyo para mejorar la existencia, tanto tuya como ajena;
un saludo cordial,
Eduardo

 

Eduardo, para mi es un verdadero placer recibir de usted tan agradable comentario. La aventura más hermosa está en la piel y en el alma que contenemos, prodigiosa, perfecta, gigante y real: La Vida. Vivamos.
Un muy afectuoso saludo,

Esteban "Maktú" González.